LOS DESCUBRIMIENTOS DE POPP
El científico Popp, demostró experimentalmente que todas las células emiten una luz muy débil. Esta luz, llamada luz biofotónica, es una radiación coherente y armónica que tiene la capacidad de comunicar unas células con otras. Células del mismo tipo producen fotones de la misma frecuencia, que interfieren, entre si, creando canales de comunicación entre ellas. De esta forma, unos pocos fotones pueden transmitir una gran cantidad de información, y pueden indicar incluso cuando se tienen que producir reacciones químicas en el interior de una célula. En definitiva, la luz biofotónica parece estar en la base de todos los procesos biológicos.
Este descubrimiento tiene un alcance filosófico sin precedentes, cambiando la concepción que tenemos hasta ahora de los seres vivos. Antes de Popp, varios descubrimientos alumbraban la importancia de la luz en los seres vivos.
DE LA BIOQUIMICA A LA BIOFISICA - ONDAS Y MATERIA
Después del descubrimiento de Popp y los avances de la biofísica, se ha puesto de manifiesto que el modelo químico-molecular es insuficiente. Los seres vivos no sólo vivo no sólo están formados por materia, sino que también están formados por campos electromagnéticos esta materia y estos campos interaccionan entre sí, y la vida sólo se puede entender si tenemos en cuenta ambos factores.
En 1924, Louis de Broglie, enuncio la conocida dualidad onda-corpúsculo en la que postulaba que toda partícula material se comporta también como una onda y viceversa, toda onda se puede considerar formada por partículas materiales. Es decir, todo lo que existe se puede comportar simultáneamente como materia y como onda. O expresado de otra manera, el aspecto material y el aspecto ondulatorio, son dos aspectos diferentes de una misma entidad superior, que aún no atisbamos a conocer.
Este insólito descubrimiento parecía aplicable únicamente al ámbito de las partículas elementales, pues en el mundo macroscópico que nos rodea, apenas se nota su efecto.
Sin embargo, con el hallazgo de Fritz Albert Popp, la dualidad onda-corpúsculo ha pasado de la física de partículas, a la biología. Los seres vivos, y entre ellos los seres humanos, somos al mismo tiempo materia y ondas. Estamos formados por células materiales, pero a la vez, de estas células emana un campo electromagnético.
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